martes, 21 de octubre de 2008

Catarsis
Era una tarde lluviosa en el parque había poca gente a su alrededor y decidió caminar unos minutos bajo la lluvia – No tenia quien la esperara en casa- Aquella era una joven de largos cabellos castaños, cuerpo atlético, con un dulce gesto que la caracterizaba, sin embargo sus ojos eran igual de tristes como enigmáticos no era fácil descifrar lo que escondía; definitivamente no era el estereotipo de belleza que predominaba en ese lugar aun así no impedía que recibiera miradas de atención de las personas). Ella estaba acostumbrada a ser una flor inusual entre las rosas en esos momentos se sentía tan confundida.

Había caminado entre los pequeños charcos por unos minutos dirigiéndose sin siquiera pensarlo a la parada de autobús, abordo uno, así fue que tomo asiento junto a la ventana, el transporte estaba casi vacío, se notaba mas por las pequeñas ráfagas del luz de la ciudad que la iluminaban debido a que iban a una velocidad casi extrema. Sentía como sus cabellos se deslizaban sobre su rostro con mayor intensidad cada vez, esto era algo que la relajaba y le hacia analizar sus pensamientos.

Empezaron a aparecer recuerdos en su mente, el desconocer lo que realmente sucedía, como los sentimientos la confundían no podía observar su presente sin tener en cuenta su pasado. ¡Ahí! Vivo con imágenes que la atormentaban y muchas otras que le hacían tener el constante deseo de regresar para corregirlo. Ya no podía más; quería correr pero la razón la paralizaba, quería gritar pero enmudecía de solo pensarlo. La mayoría la catalogaba como inadaptada y en parte lo era. Los días trascurrían sin saber que hacer, realizaba acciones como una maquina, no sentía solo hacia lo que dictaba la razón- lo único que sabia es que no debía quedarse estática- Se paro del asiento y pidió bajar del transporte junto a un parque cercano a su casa, este estaba repleto de personas con diversas actitudes, edades y físicos sin embargo todas ellas actuaban de manera similar.

¡Borregos! Si, eso eran borregos tenían un líder en cada grupo que “supervisaba” sus acciones. Todos aquellos creían ser “diferentes” pero en el fondo sabían que no eran únicos. Había personas tan confundidas como ella que no externaban lo que sentían pues el temor a ser rechazados era tal, como al de estar “solos”.

¿Qué estar solos en realidad? ¿Qué es la soledad? ¿Aquella te torturaba o te definía a caso? No lo sabia, acostumbrados a estar rodeados de gente y aun así sentirse solo. Sin excepción todos los experimentaban en alguna ocasión. Las similitudes de las personas son las que nos unen o nos separan.

Era triste saber que ella tuvo el poder para cambiar su situación y no lo hizo- Nadie dijo que sería fácil, pero ¿Por qué dolía tanto respirar? - Era como estar en un coma del que uno estaba consiente y los demás no. El temor a perder la estabilidad, el control, todo aquello que indicaba que tú riges tú vida no era algo que quisiera experimentar. Una lágrima recorrió su mejilla y el contacto de esta la hizo sentirse indefensa, tenía tanto miedo de quebrarse, ella que debía ser fuerte todo el tiempo.